¿Qué es el virus de la leucemia felina?
El virus de la leucemia felina (FeLV) es un “retrovirus”. Se trata de un agente infeccioso que puede infectar a los gatos e introducirse en sus células, produciendo alteraciones en su sistema inmune, anemias, leucemias y linfomas.
Afecta a gatos por todo el mundo. La prevalencia puede ser mayor en animales de vida salvaje, pero también puede afectar a gatos sin acceso al exterior. Hoy en día, el número de gatos afectados se ha reducido gracias a la vacunación.
Afortunadamente, es un virus vulnerable a condiciones ambientales adversas y detergentes normales.
¿Cómo puedo saber si mi gato está infectado?
Es conveniente hacer pruebas a todos los gatos, ya sean gatitos, jóvenes o adultos, independientemente de su origen en el momento de su adquisición o adopción y antes de la vacunación. Así como a aquellos que tengan acceso al exterior, después de haber tenido contacto con posibles gatos infectados, que aparezcan con signos de peleas o presenten síntomas compatibles con la enfermedad. Es importante esperar el tiempo necesario para que sean fiables las pruebas para detectar el virus.
Tipos de pruebas:
El virus entra en el organismo como ARN y si no se elimina se mete dentro de las células y pasa a ADN, si el sistema inmune tampoco es capaz de eliminarlo, las células quedan infectadas de por vida y estas células se llaman provirus.
- La prueba que se realiza en tu centro veterinario es un test rápido (ELISA) y consiste en una técnica que detecta la presencia del virus en sangre (antígeno). El virus puede detectarse, en la mayoría de los casos, a partir de los 30 días tras el posible contagio, aunque en algunos gatos puede tardar más (60 días). Un positivo en esta prueba NUNCA JUSTIFICA LA EUTANASIA. Si el gato vive en una zona donde hay muy poca leucemia tenemos más probabilidad de falso positivo, se repite el test y si vuelve a dar positivo, se recomienda volver a repetir en 2 meses o realizar PCR en sangre. El test ELISA es menos sensible que PCR y nunca dará positivo como consecuencia de la vacuna o de la inmunidad materna.
- qRT-PCR de ARN: detecta material genético del virus (ARN) en la sangre o saliva con mucha más potencia que ELISA por eso se puede hacer a partir de los 7 días del posible contagio.
- PCR de ADN Provirus: detecta el ADN del virus, es decir, cuando el virus ya se ha metido dentro de la célula (provirus) y puede hacerse tras 15 días de la exposición al mismo.
- Las técnicas de PCR deben hacerse en laboratorios externos.
- Hay otra técnica llamada IFA que detecta el virus en sangre dentro de los neutrófilos y las plaquetas, pero su uso es menos común.
Todas las pruebas se complementan y dependiendo del momento en el que nos encontremos y del tipo de infección que padezca el gato, será más oportuna la realización de una u otra y muchas veces será necesario hacer más de una, por eso en tu centro de asesoraran sobre cuál es más adecuada y te explicarán los resultados.
Tipos de infección:
El virus entra en el organismo y a partir de ahí tenemos varias opciones:
- Infección abortiva: tras el contacto con el virus, los gatos con un sistema inmune eficaz, eliminan la infección en la cavidad oronasal. En estos casos, como el virus no pasa a la sangre, todas las pruebas serán negativas. No eliminan virus, por lo que no son una fuente de contagio, se consideran además inmunes y tendrán anticuerpos.
- Infección regresiva: el virus se multiplica y pasa a los ganglios y luego a la sangre, pero se produce una respuesta inmune relativamente eficaz con seroconversión, es decir, con aparición de anticuerpos que hacen que en 3-4 semanas el virus desaparezca de la sangre. El problema es que no consiguen eliminarlo completamente y se queda presente en células de la médula ósea. Estos gatos, inicialmente, serán positivos al test ELISA y al PCR de ARN y de ADN provirus en sangre, pero posteriormente los test en sangre serán negativos y tendremos que detectarlo por PCR-ADN, pero en médula ósea. Estos gatos son solo contagiosos mientras el virus esté en la sangre. El riesgo de padecer enfermedades asociadas al virus es muy bajo y disminuye con el tiempo, sin embargo, debe considerarse que existe un pequeño riesgo de reactivación de virus que puede suceder en situaciones de inmunosupresión como enfermedad o estrés.
- Infección progresiva: el sistema inmune no es eficaz, no se producen anticuerpos y el virus empieza a multiplicarse llegando a los ganglios, médula ósea y otros órganos. Estos gatos propagan el virus de forma continua, es decir, son siempre contagiosos y todos los test serán positivos.
- Infección atípica: el proceso es igual que en regresiva, pero se queda acantonado en vejiga, ojos u otros órganos.
En resumen, un gato inicialmente negativo a ELISA puede ser que no se haya contagiado, que no haya pasado el tiempo suficiente desde el contagio para detectar el virus en sangre, que la cantidad de virus en sangre sea muy pequeña o que presente infección abortiva, regresiva o atípica. Se deberá repetir ELISA en 60 días o hacer PCR-ARN o ADN en sangre y/o PCR-ADN en
médula ósea para confirmar. Los atípicos solo se pueden detectar en caso de reactivación y que el virus pase otra vez a sangre.
Se debe realizar ELISA a todos los gatos con anemia o enfermedades compatibles con leucemia felina, aunque los test anteriores hayan sido negativos.
El test de anticuerpos (recientemente en el mercado) puede dar positivo en gatos inmunizados, vacunados, regresivos o abortivos. Será negativo en infección progresiva donde no hay anticuerpos.
¿Cómo se transmite?
El virus lo eliminan los gatos infectados a través de casi todas las secreciones; saliva, mocos, lágrimas, heces, orina, sangre (peleas, pulgas, transfusiones) semen, …pero sobre todo LA SALIVA. Así que la forma más común de transmisión es a través del contacto directo por lavarse, mordeduras o compartir comederos y bebederos. Se necesita un contacto estrecho y prolongado.
Las madres también pueden transmitir el virus a sus gatitos por la placenta o la leche.
Los gatos adultos son menos propensos a contagiarse, pero también les puede pasar si hay muchos virus en el ambiente.
¿Qué síntomas pueden aparecer?
La principal causa de los síntomas que puede ver el cuidador en casa son consecuencia de la supresión del sistema inmune, dando lugar a signos como; fiebre, falta de apetito, letargia, infecciones, pérdida de peso…
Los signos serán cíclicos y persistentes. Con el tiempo se desarrollarán las anemias y las neoplasias con la aparición de gran variedad de signos clínicos como dificultad respiratoria, palidez de mucosas, debilidad, falta de apetito…
Otros signos asociados a leucemia felina y que siempre que aparecen debe realizarse el test son alteraciones neurológicas, problemas oculares, gingivoestomatitis, dermatosis, aumento de tamaño de ganglios, enteritis o vasculitis.
En realidad, como el virus puede estar “escondido”, prácticamente recomendamos realizar test ELISA a todos los gatos con cualquier tipo de enfermedad.
¿Existe un tratamiento para el FeLV?
La respuesta lamentablemente es NO.
No existe una cura para la leucemia felina, las terapias están enfocadas al tratamiento de sus enfermedades asociadas, a la mejora de los síntomas y a tratar de mantener una buena calidad de vida del paciente:
- Tratamiento de infecciones asociadas, que muchas veces requieren una duración mayor que en otros gatos debido a la inmunosupresión provocada por el virus.
- Mantenimiento del estado corporal con una buena dieta.
- Atención preventiva para detectar y actuar lo más rápido posible ante la aparición de anemias, leucemias y neoplasias con aplicación de transfusiones, quimioterapia, etc.
- El veterinario puede indicar el uso de estimulantes de las defensas o antivirales cuando considere oportuno.
Para un gato con infección progresiva el pronóstico de la enfermedad es reservado, ya que aproximadamente el 80% de los gatos mueren antes de los 4-5 años de vida.
¿Cómo se puede prevenir?
Las mejores formas de prevención son:
- Conocer el estado de todos los gatos en cuanto a la infección por el virus de la leucemia realizando test y separando a los gatos positivos de los negativos.
- La vacunación: las vacunas actuales son buenas en cuanto a la prevención y existen diversas pautas dependiendo del tipo de vida del gato y del riesgo a la exposición al virus. La vacuna no protege de la infección, pero si de la permanencia del virus en sangre por lo que evita los contagios.
- Evitar situaciones de estrés mejorando el entorno y el manejo.
Links que te pueden interesar:
http://www.abcdcatsvets.org/feline-leukaemia-virus-infection/
https://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1177/1098612X19895940
https://catvets.com/retrovirus-toolkit/
https://catvets.com/guidelines/client-brochures
Artículo original por GEMFE (Grupo de Especialidad de Medicina Felina) de AVEPA.